viernes, 5 de diciembre de 2014

Sólo sé, que no sé nada.

 A veces tenemos que escoger caminos, que no queremos, caminos, en los que no nos sentimos cómodos, e incluso cuando ya estás en ello, tienes la necesidad de volver atrás, pero dicen que todo sucede por alguna razón, y yo estoy aquí ahora, dónde la vida me está diciendo que lo que verdaderamente es para mí, volverá. Piensas, ¿Qué es lo que hago mientras?, pues así de fácil: mirar por mi misma, no crees que ya es hora de estar pensando en lo que mejor sea para tí, que aquello que sea malo se borre, y pensar que lo bueno está por llegar, que tarda mas o menos, pero llega. La felicidad no se basa en no tener a alguien al lado, o simplemente el amor, hay gente que para ser feliz necesita estar enamorado, y hay veces que me incluyo, porque me he sentido así, pero maduras y te das cuenta que tienes dieciséis años, eres una estudiante de bachillerato, futura enfermera, persona a la que le queda por recorrer mucho, vivir mejores y peores experiencias. Huir no es la solución, enfrentar el problema es quedarse, cabeza alta, aunque realmente no sepas nada, ni el camino que escoger, ni como empezar.

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